Mariana era la más rápida de su clase para resolver cuentas. En el salón, no había nadie mejor que ella para aplicar las leyes de Newton. Soñaba con diseñar máquinas. Ella era una niña STEM (siglas en inglés que se refieren a las disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática). Como ella, las niñas suelen tener mejores o iguales resultados que los niños en materias como matemáticas, biología o física en primaria y secundaria, pero cuando se salta a la educación terciaria y al mercado laboral, la tubería que conduce a que se dediquen a estas áreas, especialmente en el sector de infraestructura, presenta fugas.
Article de presse Por qué Latinoamérica necesita más ingenieras, matemáticas y programadoras